El otoño representa una etapa crucial para establecer las bases de la productividad agrícola del siguiente ciclo. Los manejos realizados en esta temporada inciden directamente en la formación de raíces, estructuras vegetativas y reservas que condicionan el comportamiento del cultivo en primavera.
Revisar, diagnosticar y corregir
Durante la temporada estival, la actividad agrícola intensiva genera compactación del suelo, pérdida de porosidad, desequilibrios químicos y acumulación de sales. Estos factores afectan negativamente la aireación, la infiltración y la actividad microbiana del suelo. Realizar un diagnóstico físico-químico permite identificar limitantes y aplicar correcciones antes del receso invernal, favoreciendo la eficiencia de las aplicaciones otoñales.
Estrategias diferenciadas según condición del suelo
El tipo de suelo y sus condiciones específicas definen el manejo adecuado:
- En suelos arenosos, la aplicación de sustancias húmicas solubles y/o compost mejora la estructura, la capacidad de retención de humedad y la actividad microbiológica.
- En suelos arcillosos, enmiendas minerales o mejoradores de suelo pueden contribuir a descompactar, favorecer la aireación y facilitar el desarrollo radicular.
- Cuando el pH se encuentra fuera de los rangos óptimos, su corrección mejora la disponibilidad y absorción de nutrientes clave.
- La acumulación de sales, tanto de sodio como de cloruros, sulfatos y/o carbonatos) requiere tratamientos que promuevan su desplazamiento y lavado, como enmiendas cálcicas o ácidos específicos.
Bioestimulación y nutrición de otoño
En otoño, las condiciones climáticas y fisiológicas limitan el crecimiento radicular. El uso de bioestimulantes a base de extractos naturales y aminoácidos favorece la emisión de pelos absorbentes y fortalece las raíces. A nivel foliar, elementos como boro, molibdeno y zinc cumplen funciones clave en la síntesis de reservas y diferenciación de yemas.
Prevención frente a estrés ambiental
Las condiciones de estrés como heladas tempranas o déficit hídrico también pueden impactar negativamente. Aplicaciones dirigidas con compuestos antiestrés fisiológicos permiten preparar los tejidos vegetales para enfrentar mejor estos eventos, preservando su funcionalidad. También es importante realizar prácticas culturales que promuevan una oportuna lignificación de tejidos.
Agrointegral, como parte de su trabajo técnico en campo, apoya a agricultores con servicios de diagnóstico, monitoreo y diseño de estrategias integradas para optimizar la nutrición y sanidad del suelo en otoño. Su enfoque se basa en datos, investigación y acompañamiento personalizado, contribuyendo a una agricultura más eficiente, resiliente y sustentable.
