Con la llegada del otoño, mientras muchas especies frutales entran en receso, los cítricos comienzan una etapa crítica: la maduración del fruto. Esta fase, que coincide con temperaturas más frías, requiere estrategias nutricionales y fisiológicas específicas para maximizar la calidad final del fruto, especialmente en parámetros como tamaño, sólidos solubles y coloración.
1. Maximizar la Fotosíntesis: Clave en la Producción de Azúcares
Durante el verano y principios de otoño, los frutos atraviesan su segunda etapa de desarrollo, centrada en la expansión celular y la acumulación de carbohidratos. Para asegurar una alta tasa fotosintética, es esencial que las hojas mantengan niveles adecuados de magnesio y fierro, nutrientes fundamentales en la formación de clorofila. Su deficiencia reduce la producción de azúcares, limitando la calidad del fruto en maduración.
2. Potasio y Magnesio: Impulsores del Tamaño y la Calidad de Fruta
El potasio es un nutriente esencial durante la expansión celular, actuando como transportador de carbohidratos desde la hoja al fruto. Su aplicación debe ajustarse según el análisis foliar y condiciones del suelo, considerando posibles antagonismos con calcio y magnesio que pueden interferir con su absorción. Las aplicaciones vía riego y foliares en los meses previos a la cosecha ayudan a optimizar este proceso.
3. Sólidos Solubles y Coloración: Procesos Complementarios en la Madurez
La maduración ocurre en paralelo en piel y pulpa. En la piel, el cambio de color es promovido por la degradación de clorofila y la acumulación de carotenoides, procesos estimulados por temperaturas bajas y luz, pero inhibidos por exceso de nitrógeno y giberelinas. En la pulpa, el incremento de sólidos solubles —principalmente azúcares— es determinante en la calidad gustativa del fruto.
4. Micronutrientes Clave: Boro, Molibdeno y Silicio
- Boro: facilita el transporte de azúcares desde las hojas a los frutos.
- Molibdeno: promueve la metabolización de nitratos en aminoácidos, fundamentales para la calidad del jugo.
- Silicio: protege el sistema fotosintético, mejora la eficiencia en la absorción de nutrientes y también colabora en la traslocación de carbohidratos.
Aplicaciones Estratégicas
- Mayo-Junio: Silicio, aminoácidos y péptidos que mejoran fotosíntesis y absorción.
- Junio-Julio: Boro, molibdeno y aminoácidos.
- Coloración lenta: Productos combinados de potasio, aminoácidos vegetales y polisacáridos para acelerar el proceso.
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